Cuando la flor de mi silencio calla
sólo queda el eco de un gran temor no vencido
sólo se escuchan los pasos de alguien que se aleja
siempre de alguien que se aleja
nunca del que vuelve.
Cuando la flor de mi silencio calla
sólo queda la aridez de mi propia negación que se niega
afirmando el rostro terrible del que muere lejos de su Patria.
Cuando la flor de mi silencio calla
la muerte comienza su oración
la muerte que no hace sino intentar convencerme
de que la flor de mi silencio calla.
Cristián Arregui Berger
Poemas de Cantos de Caín, Be-uve-dráis Editores, 2002.
Poemas de Cantos de Caín, Be-uve-dráis Editores, 2002.
2 comentarios:
Cristian Arregui pertenece a una categorìa muy especial de poetas chilenos. Los poetas del silencio no condicionado, de silencio cristalino, de silencio no silenciado. La lectura de sus textos(he tenido la suerte de disfrutar sus Cantos de Caìn)me remite a un espacio donde la misma palabra es responsable de su ascenso y su caìda, de su oasis de aguas templadas y su desierto. Es como caminar por un extraño palacio de vidrio, donde se nos prometen profundidades y alucinaciones que jamàs se presentan, pero que solo al pre-sentirse, no nos dejan màs respuesta que seguir caminando. Un abrazo, Cristian. (Karlès Llord)
Gracias por tu visita, sir Karlès Llord. Aquí estamos, andando. Hay veces, amigo, que las aguas templadas y los desiertos sí se presentan, en vigilia, pero en las palabras se hacen sueño. Tal vez porque las palabras, estas palabras, son el sueño de otra Palabra que se transmite en el silencio. O en un castillo de cristal.
Un abrazo.
Cristián.
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